En la Cabeza
Su mirada fija revelaba una miopía quizás deseada respecto al exterior,
para limitar la crueldad del mundo, ese mismo mundo. Su mente aceptaba el hecho
con resignación luego de haber luchado angustiadamente al saberlo, sus voces
estridentes y civilinas eran puntazos en sus nervios. En el principio era
durante la noche, en la oscuridad, luego durante el día .La paciencia no es
innata se premia con resiliencia, como al adquirir el aleph.
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