Astor era un niño que vivía solo, estaba recluido en una torre y no se
comunicaba con nadie.Ese estado de aislamiento e incomunicación le hacían
imaginarse cosas, tales como que el mundo entero estaba en su contra.
Solía mirar la calle a través de un ventiluz, la gente le parecía rara
y a veces gigante, así transcurrían sus días, hasta que una de sus zapatillas
cayó al jardín, por lo que tuvo que bajar a buscarla por la escalera que lo
separaba de la gente. Cada paso que daba lo hacía temblando y en forma dudosa, cuando se puso el calzado pudo
observar que se había alejado de aquella torre y un viento fuerte cerró la
puerta. Siguió un camino, buscando ayuda para abrir nuevamente la puerta, se
hizo de noche y no divisaba mas allá de sus narices. Vió un grupo de hombres y
mujeres reunidos en la calle a los cuales se acercó a pedir ayuda y cuando
comenzó a hablar se olvido totalmente de la torre en la cual el vivía.
De esta manera nuestro amigo aprendió a seguir adelante y ser escuchado
por la gente. Muchas veces depende de uno mismo y a los demas saber dirigirse.-
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