El Loro de Antonio
El amor al prójimo comienza por el amor a los padres y luego
a los hermanos, y a veces pasa por algún animalito. Yo tenía un amigo que se
llamaba Antonio con el cual teníamos una
muy buena relación. Un día me contó que se le había escapado el loro de la casa
por lo que se sentía muy triste y que ofrecía dinero por su entrega. Fueron
muchos con un loro, pero ninguno era el loro de Antonio. Pasaron los días y
Antonio se sentía muy triste, hasta que un día apareció su loro que se llamaba Luis. Fue muy grande la
felicidad de Antonio, que rápidamente llego a mi casa con su loro.
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